A estas alturas, todos conocemos el gran sabor de un buen jamón ibérico de bellota y de la gran cantidad de estudios que nos indican lo saludable que resulta el consumo de algunas lonchas de este preciado producto en el día a día.

Y estas lonchas de jamón ibérico, además de su sabor auténtico y exquisito dada su calidad organoléptica, también nos aporta una serie de valores nutricionales indispensables en nuestra alimentación al ser rico en aminoácidos esenciales y contener numerosas vitaminas, minerales y por supuesto, grasas, pero de las buenas.

Por eso, hoy os vamos a hablar de uno de esos componentes que está presente en una alta cantidad en nuestro ibérico preferido y que tanto beneficio nos aporta: el ácido oleico.

¿Qué es el ácido oleico?

Según la tan seguida Wikipedia, el ácido oleico es un ácido graso monoinsaturado de la serie omega 9 típico de los aceites vegetales, como nuestro buen aceite de oliva, el aguacate, etc. Es un tipo de grasa incolora e insípida, que tiende a oxidarse al exponerse al aire, adquiriendo un color amarillento. Este ácido oleico unido a las diferentes características de la carne de cerdo, hace que adquiera un sabor exquisito.

Poniéndonos más técnicos, su fórmula química molecular es C18H34O2, pero nosotros preferimos seguir haciendo referencia a él como ácido oleico, proviene en esencia de los aceites vegetales, como ya hemos visto, como el de girasol, semillas de uva o cártamo, o junto a nueces, castañas, avellanas pistachos, cacahuetes o pescados y donde más nos interesa a nosotros, en la carne del cerdo, ya sea blanca o ibérica.

Comparando la carne de cerdo con la de otras especies como puede ser la carne de pollo o de ternera, es la que mayor contenido de este ácido tiene, llegando a valores entre el 40% y el 46%, pudiendo llegar hasta el 58%, cuando se trata de cerdos que se han criado en la última etapa de su vida comiendo bellotas, raíces y otros frutos naturales en la dehesa durante la montanera.

Por qué el cerdo tiene tanto ácido oleico

Normalmente, el cerdo es un animal que genéticamente está predispuesto a que su carne tenga un alto contenido en grasas, sobre todo, monoinsaturadas. Teniendo en cuenta que es un animal que prácticamente se cría para su consumo en todas sus variantes, que no hace falta mencionar, su crianza se hace en relación con poder obtener la mayor cantidad de este tipo de sustancia para que las cualidades organolépticas de cada jamón sean las esperadas.

Es decir, que la cría de un cerdo hasta que llega a la madurez y se le traslada a la dehesa, y dependiendo de cada raza, es básicamente la misma. Una vez que comienza la montanera y el cerdo dispone de toda la dehesa para su uso y disfrute, el animal se estará alimentando, básicamente de bellotas, raíces, hierba y otros frutos de los árboles que han crecido en este terreno.

Dato curioso: ¿Sabías que el cerdo es el único animal que pela las bellotas? Ningún otro animal lo hace, pero, ¿sabes por qué?

La cáscara de la bellota contiene muchos taninos en su cáscara y este compuesto irrita las mucosas gastrointestinales de los cerdos, evitando así la absorción de nutrientes, por eso evitan ingerirlas. En contraposición a esto, los cerdos son capaces de comer almendras amargas, que contienen cianuro o la corteza de la higuera, que a ellos les encanta, y que en otras especies puede ser venenosas, en ellos es un manjar y no les afecta para nada.

Todos estos frutos, los maestros jamoneros y los caladores, serán capaces de reconocer en cada pata de jamón durante la curación. Además, estos productos consumidos por el animal incorporan una gran cantidad de sustancias antioxidantes, también beneficiosas para nuestro cuerpo, pero de esto hablaremos más adelante.

Al desplazarse libremente por la dehesa, además de hacerlo en busca de los mejores alimentos, hace que el cerdo haga más ejercicio, facilitando de este modo que la grasa se infiltre mejor entre la carne y los músculos, dando como resultado el exquisito sabor de cada loncha de jamón, además de ese color y olor tan característico, además de reducir el nivel de colesterol contenido en cada pieza.

¿Has presionado el jamón después de cortar unas lonchas? Si la respuesta es afirmativa, te habrás dado cuenta de que el jamón “rezuma” una grasa líquida. Esa grasa contiene una parte importante de ese ácido oleico que os estamos hablando. Puede haber gente que piense que ese líquido no es saludable, pero es más bien todo lo contrario, además de darle untuosidad y gusto a cada loncha de jamón.

Beneficios del ácido oleico

De todos es sabido que el jamón es un alimento estupendo tanto para el paladar como para la salud.

Diversos estudios han demostrado que los ácidos grasos monoinsaturados como es el ácido oleico que contiene el jamón, ayudan a disminuir los niveles del colesterol del malo, siendo beneficioso a la hora de prevenir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

El consumo responsable del jamón ibérico es perfecto para sustituir el consumo de otras carnes rojas que probablemente tenga una concentración más alta de grasas saturadas.

Pero los beneficios del ácido oleico no se quedan solo en la reducción del colesterol del malo, mejorando el sistema cardiovascular. Se ha demostrado además que este ácido contribuye a favorecer el desarrollo de las neuronas, así como a su supervivencia, mejorando así el rendimiento de nuestro cerebro.

El ácido oleico y sus derivados son utilizados por los científicos en el estudio de la prevención de enfermedades degenerativas del cerebro como el Alzeheimer por esa interactuación con las neuronas.

Y no queda ahí la cosa, otro sistema beneficiado por este ácido oleico es el sistema biliar, favoreciendo el movimiento de la vesícula biliar, evitando la estancación de la bilis y previendo la formación de cálculos biliares.

Como has podido comprobar, el ácido oleico contenido por el jamón no solo aporta un sabor increíble a cada pieza, sino que se ha demostrado en diferentes estudios que los beneficios que aporta en nuestra salud son enormes y en diferentes sistemas de nuestro cuerpo.

Por eso recomendamos el consumo de unos 100 gr de jamón ibérico al día, para darte un gusto tanto al paladar, como a nuestra salud. Y si quieres el de mejor calidad, sabes que en ibéricos Brisa tienes la mejor calidad al mejor precio.

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