Tenemos que prestar atención a aquello que nos aporta el jamón ibérico, no solo a nuestros hijos, sino también a nosotros, en forma de valor nutricional.
Al tratarse de un alimento que sigue un proceso de curación artesanal y tradicional, sacaremos gran provecho del mismo, acompañado de un sabor inigualable. Hablamos de elementos que ayudan al sistema inmunológico como el hierro y el zinc, muy presentes en el jamón ibérico. Además, es rico en proteínas de alta calidad así como vitamina B y ácidos grasos, lo que favorece la producción de energía, algo que nuestros pequeños necesitan constantemente. También tenemos que tener en cuenta que este alimento contiene potasio que potencia el desarrollo cerebral y muscular además de reforzar el sistema inmune. Por último, tenemos que añadir que es un producto hipocalórico y que se puede incluir en cualquier tipo de dieta.
En términos numéricos, en 100 gramos de jamón ibérico podemos encontrar un 75% de proteínas, 35% de vitaminas y 20% de minerales.
Así, queda claro que este producto es ideal para introducirlo en las meriendas de los niños, sustituyendo, por tanto, a la bollería industrial que tanta popularizada está entre los patios de los colegios.