En cuanto al sabor, cabe tener en cuenta que la carne de la paleta ibérica está más cerca del hueso, su gusto por tanto es más intenso, lo que hará que se adapte mejor a aquellos paladares habituados a los sabores más fuertes y curados. No obstante, si eres de aquellos que prefiere el curado con un toque suave, lo que os recomendamos es que se compre jamón ibérico.
La carne de la paleta ibérica cuenta con más grasa que el jamón ibérico, por lo que es sabrosa. Mientras que tradicionalmente se ha considerado al jamón como la parte más noble del cerdo, con un contraste de sabores más variados y matices organolépticos.
Como sobre gustos no hay nada escrito, cada persona se decanta por uno de los dos sabores, dependiendo de su costumbre y gusto. Lo cierto es que no se puede determinar si una carne es mejor que la otra, la diferencia se medirá solamente por los gustos de la persona.
Lo que si podemos afirmar es que el rendimiento del jamón ibérico es mayor que el de la paletilla. Debido a su mayor cantidad de grasa, y a tener un hueso más grande la paleta ibérica cuenta con menos carne que aprovechar. Por norma general en un jamón ibérico el 30% del peso corresponde al hueso, mientras que en el caso de la paleta ibérica el peso del hueso corresponde al 40% del peso total de la pieza.