La cocina de aprovechamiento está muy en boca de todos, aunque suene a término muy moderno, es algo que llevan haciendo nuestras abuelas toda la vida. Por eso, hoy os traemos las diferentes formas en las que podemos aprovechar todo el jamón. 

Desde el momento en que comenzamos a cortar la corteza, hasta que loncheamos las últimas partes del jamón, estamos disfrutando de todo el sabor de uno de los mejores productos, pero una vez acabado, mucha gente decide tirarlo, pero no es la mejor opción, aún podemos sacar provecho de él. 

En este post os queremos dar algunas ideas para que, una vez finalizado el jamón, aún podáis sacarle todo el jugo, que es bastante si sabes cómo hacerlo. 

Vamos por partes

Empezaremos con la corteza, que siempre se retira para dar paso a esa primera capa de tocino amarillo, que está cubriendo la parte más jugosa, la carne que tanto nos gusta. 

Con esta corteza podemos darle varios usos, no solo nos va servir para cubrir el jamón o simplemente eliminarlo y tirarlo a la basura. 

Podemos utilizarla friéndola para utilizar esa piel en corteza, quedando un estupendo aperitivo, con todo el sabor del jamón concentrado. No dejes de probarlas siempre que tengas la oportunidad. 

Otra forma de aprovechamiento de esta piel del jamón y que se utiliza en muchos restaurantes, así como en muchos hogares es utilizar la piel como espesante y potenciador del sabor. 

La piel del jamón es rica en colágeno y, por lo tanto, al utilizarla en cualquier guiso o sopa, nos servirá de espesante, ligando mejor todos los sabores del caldo y potenciando su sabor, dándole un toque diferente a esos caldos que pueden resultar sosos. 

La grasa del jamón

La primera grasa que nos encontramos en jamón es la que cubre la parte externa del jamón y o que está justo debajo de la corteza. Quizás este sea el elemento al que menos jugo le podemos sacar, ya que su sabor no suele ser agradable al ser un poco rancio. 

De hecho, cuando en alguna ocasión el jamón no ha sido pelado correctamente, podemos encontrarnos con alguna loncha que aún tiene restos de esta grasa amarilla, que sinceramente, estropea la experiencia. 

Aun así, esta grasa aún puede ser utilizada para dar un toque de sabor a los caldos, guisos o salsas, eso sí, en una cantidad muy muy pequeña, para evitar ese gusto a rancio que pueda dejar. 

Tras estar primera capa de grasa con este sabor y que se ha utilizado para proteger al jamón durante su curación, nos encontramos con las primeras capas de otro tipo de grasa, de color blanco y que, al igual que esa primera capa de color amarillento o la corteza, solemos utilizar para tapar el ramón y mantenerlo fresco para los próximos cortes. 

Para empezar, debes saber que esta grasa es la culpable de mantener la mayor cantidad de sabor y olor que tiene la pieza de jamón, por lo que, como te puedes imaginar, su sabor también es exquisito. 

Esta grasa puede ser utilizada en multitud de platos y guisos, sobre todo en esos platos de cocción lenta y que se comen con cuchara como un cocido, unas lentejas o unas alubias. Siempre combinan bien con las legumbres

De hecho, es uno de los elementos que podemos encontrar en un plato tan típico como es el cocido

Pero no solo nos va a servir para dar sabor a guisos de cuchara. También puede ser utilizada con verduras o pasta, para ello con unas lonchas muy finas, pasadas por la sartén con un poquito de aceite de oliva, pueden aportar a esas verduras o pasta un toque diferente con el gustito del jamón. 

En el caso de que tengamos un algo más de esta grasa, las podemos hacer taquitos pequeños y pasarlos por la sartén para hacer unos deliciosos chicharrones que podemos usar como aperitivo, o si queremos realizar una receta muy de la misma tierra que nuestro jamón, pueden acompañar a unas estupendas patatas “meneas” o patatas “revolconas”. 

En última instancia, podemos utilizar esta grasa para hacer aceites aromatizados, pasando esta grasa con aceite templado por una sartén, dejando que se fundan. Junto con un poco de agua y una ramita de romero tendremos un estupendo aceite para utilizar en ensaladas o para cocinar. 

La carne del jamón

Por supuesto la mejor parte del jamón, junto con su grasa infiltrada con su exquisito sabor. Esta parte es obvio que la mejor forma de aprovecharla va a ser con un buen loncheado y realizando unos buenos cortes. En el caso de que no se te de muy bien cortar el jamón, recuerda hacerlo siempre con la mayor de las precauciones, y no desesperes, la práctica hace al maestro. 

Una vez que has acabado con toda la carne del jamón que te ha sido posible sacar, no creas que ahí acaba todo, aún podemos sacarle más jugo a las partes de carne que aún están adheridas al hueso

Normalmente en la zona del hueso coxal es bastante complicado que puedas extraer con el cuchillo jamonero toda la carne que lo rodea, pero podemos extraerla con otro tipo de cuchillos para sacar una cantidad de jamón nada desdeñable. 

Esta carne, al estar un poco más dura que el resto de la pata, puede ser utilizada de varias maneras. Lo normal es hacerla tacos para su uso también en guisos o para realizar salteados de verduras como guisantes, espárragos, etc. Para decorar un plato de lonchas tampoco quedaría mal.  

Lo mejor es que si no vas a consumir esos tacos lo antes posible, es mejor congelarlos, y así siempre tendrás jamón a mano. 

Aunque para nosotros, el rey de los platos que puedes hacer con estos tacos serán las croquetas de jamón. Plato fundamental a realizar con las sobras de tu pata y que a todo el mundo le gustan. Si además al hacer la bechamel le añades un poco de caldo de jamón que hayas hecho con el hueso, quedarán deliciosas. Eso sí, ojo con la sal. 

Y por supuesto, el hueso

Y para aprovechar todo el jamón, solo nos queda una parte que utilizar: el hueso

Y seguro que has visto en más de una ocasión un buen plato de cucaracha con su trozo de hueso de jamón. O en las carnicerías, en las que puedes adquirir ya un preparado para el cocido, y en todos ellos siempre hay un hueso de jamón, ¿por qué será?  

Pues es bien fácil, el hueso del jamón tiene mucho colágeno de la médula del propio hueso, por lo que potenciaremos el sabor y conseguiremos un gran espesante de esa salsa que tiene el plato. 

En realidad, con unas verduras y un hueso de jamón, puedes hacer un caldo muy nutritivo y que además es muy sabroso, si quieres completarlo, solo tendrás que añadirle un poco de arroz o alguna legumbre. 

Pero claro, para hacer este caldo del hueso, no vas a meter el hueso entero, habrá que partirlo, eso además te permitirá congelarlo para poder usarlo en otros platos. 

Para partirlo usaremos un hacha de cocina o una sierra pequeña, pero desaconsejamos que lo hagáis si no manejáis correctamente estas herramientas. Lo normal es llevarlo a tu carnicero de confianza, que él se encargará de cortarlo correctamente y con seguridad. 

Las posibilidades de uso del hueso del jamón son muchas, desde potenciador del sabor en guisos, para hacer caldo de jamón, que además podrás hacer cubitos con una cubitera y congelarlos para dar ese toque a tus caldos o para las croquetas que te comentábamos antes, puedes hacer gelatinas y un largo etc. 

Pero eso sí, cuando ya hayas podido aprovechar todo el jamón, estás listo para entrar en la web de ibéricos Brisa y hacerte con otro. Seguro que lo vas a disfrutar. 

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