Bocadillo de productos cárnicos

El embutido, como plato estrella, siempre da la talla y gracias a su jugosidad es la opción ideal, junto con un buen pan, para tomar en bocadillo tanto para almorzar como para merendar.

Tenemos infinidad de combinaciones, y un bocadillo no siempre tiene que ser sinónimo de ‘no-dieta’. Nos podemos hacer un pequeño bocadillo de jamón o de lomo, por ejemplo, con un buen pan integral, un chorrito de aceite y rúcula. Una opción sana, sabrosa y contundente. Que conseguirá saciarnos y hacernos disfrutar.

También existe la ‘famosa dieta del bocadillo’, que promete hacerte adelgazar comiendo y dejándote disfrutar de bocadillos de jamón. Pero ese tema se lo dejamos ya para los expertos.

Desde Ibéricos Brisa, hoy venimos a hablaros del bocadillo tradicional a base de productos cárnicos, como el jamón ibérico, el lomo embuchado, el salchichón o el chorizo.

Una idónea elección que tradicionalmente se ha tomado durante el almuerzo o la merienda, pero que durante los últimos años se han conseguido innovar y múltiples cocineros galardonados utilizan como parte de sus menús más exclusivos.

Valor nutritivo del bocadillo 

 La energía y nutrientes que aportan los bocadillos de embutido ibérico se ajustan perfectamente a las recomendaciones nutricionales tanto de niños como en mayores según ha manifestado el presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA).

En esta época en la que ya se acerca el verano, y este año, poco a poco tras el confinamiento podemos ir saliendo a la calle (teniendo en cuenta las distancias de seguridad, y recomendaciones sanitarias), seguro que muchas veces saldremos (desde el momento en que sea posible) al campo, o a parques a pasar el día o pasear en familia. ¿Y qué es lo que no debe faltarnos nunca en estos días? Un riquísimo bocadillo de embutido.

Desde la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino (INTERPORC) nos recuerdan las bondades de acompañar el pan con un buen embutido, ya sea jamón, salchichón, lomo o chorizo ibérico. Y es que los bocadillos son fáciles de transportar y comer y, además, y muy importante son las propiedades nutricionales que nos aportan.

Estos productos cárnicos son capaces de aportarnos vitaminas pertenecientes al grupo B, como la B3 y minerales como el hierro. Que consiguen que la sensación de cansancio y fatiga que se nos apodera durante estos meses que vienen de tanto calor se atenúe. Además, la carne de cerdo de capa blanca ayuda a equilibrar y mantener en niveles normales las vitaminas y minerales que precisa nuestro organismo.

Los productos cárnicos y los niños 

 En cuanto al ámbito infantil, desgraciadamente, cada vez son más los padres que por descuido o por comodidad les dan a sus hijos bollerías industriales para sus meriendas. A modo de capricho ocasional, no está mal, pero convertirlo en hábito puede ser altamente peligroso para el desarrollo y la salud de sus hijos.

Los niños necesitan energía para afrontar toda su actividad diaria, entre las que no deberían faltar una merienda a media mañana y otra merienda a media tarde (preferiblemente entre las 5 y las 6, pero siempre dependiendo de la hora del almuerzo y la cena). Y para ello la mejor opción ha sido siempre tradicionalmente, y será el bocadillo. Tan sencillo y natural como coger un trozo de barra de pan o mollete, y rellenarlo del embutido ibérico que más nos guste. Hay muchas posibilidades y variedades. Con aditivos o sin ellos. Pero siempre con el sabor y la esencia de lo natural.

Desgraciadamente, a medida que nos hacemos mayores vamos perdiendo el habito de las meriendas, aunque la recomendación de cinco comidas al día debería ser respetada en todas las edades. Lo dicen los médicos, hay que reducir las cantidades y aumentar el número de ingestas.

En contra de la tradicional creencia de que los embutidos no son saludables, se ha demostrado que tienen un aporte nutricional elevado y que resulta fundamental para el desarrollo de todo niño. Sin ir más lejos, el salchichón y el chorizo son embutidos con un aporte de colesterol malo mucho menor de lo que imaginas, y además supone un gran aporte de colesterol bueno, fundamental para que nuestro organismo funcione correctamente. Además, si se trata de productos curados, las grasas presentes serán en su mayoría insaturadas, por lo que no son perjudiciales en ningún sentido. Por si fuera poco, los embutidos cuentan con un elevado aporte proteico (fundamental para el desarrollo de los tejidos musculares, especialmente en edad infantil), son ricos en minerales (especialmente en fósforo) y vitaminas B y E. Todo esto contribuye al crecimiento fuerte y sano de nuestros hijos. Por lo tanto, no hay excusas para no darles a nuestros hijos bocadillos de embutidos en las meriendas. Y si te parece poco, por que no pruebas poniendo en el pan unas lonchas de un buen jamón de bellota; seguro que les encantará y los beneficios para su salud se incrementan aún más.

Por todo ello, no lo dudes y dales a tus hijos un buen bocadillo de embutido ibérico loncheado o de jamón de bellota, acompañado de algún lácteo y fruta, así la alimentación será rica y variada y con todos los nutrientes que los niños necesitan día a día. Seguro que lo agradecerán.

Durante los meses de primavera o verano, son meses en los que estamos más expuestos al sol, lo que hace que incremente la producción de radicales libres que dañan las células y se produce un envejecimiento prematuro de la piel. Para paliar este daño ocasionado por los rayos y mantener la piel en perfectas condiciones, los embutidos que provienen del cerdo ibérico, se convierten también en importantes fuentes de zinc que nos ayudarán en esta labor de protección y prevención.

En definitiva, mayores y pequeños pueden beneficiarse de las propiedades nutricionales de la carne del cerdo y de los embutidos que nos comemos en los bocadillos.