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Nuestro producto preferido se puede combinar prácticamente con cualquier cosa, lo vemos todos los días, pero un acompañamiento que no es tan corriente es el jamón y el vermut
La cocina de aprovechamiento está muy en boca de todos, aunque suene a término muy moderno, es algo que llevan haciendo nuestras abuelas toda la vida. Por eso, hoy os traemos las diferentes formas en las que podemos aprovechar todo el jamón.
Uno de los ingredientes que hoy en día puedes encontrar en casi todas las cocinas del país, es uno de los más característicos, dentro de la dieta mediterránea y de nuestra gastronomía son los embutidos, como el chorizo.
Teniendo una paleta o un jamón abiertos, lo más recomendable es ponerlos en su jamonero y a temperatura ambiente.
Aunque carecen de una fecha exacta de caducidad, es cierto que se van poniendo cada vez más secos.
Todos conocemos el gran sabor de un buen jamón ibérico de bellota y de la gran cantidad de estudios que nos indican lo saludable que resulta el consumo de algunas lonchas de este preciado producto en el día a día. Un componente esencial es el ácido oleico.
Uno de los postres más conocidos, y que es muy sencillo de hacer es una tarta de queso. Pero nosotros le queremos dar una vuelta más, y convertirlo en un estupendo entrante. ¿Cómo? Pues con un toque de jamón.
Existen multitud de procesos de para asegurar la calidad de los jamones que producimos, pero al que más respetamos por su tradición y por las cualidades que se necesitan para poder desarrollar, es la cala del jamón.
Ambos productos son elaborados con carne de cerdo, pero su curación hace que sean dos productos completamente diferentes, tanto en sabor, como en aporte energético. Estamos hablando del jamón serrano y el jamón de York
Acabamos con la serie de entradas que le estamos dedicando en nuestro blog a la relación de nuestro producto estrella, el jamón, con los sentidos. Este último post vamos a tratar el sentido del gusto y el jamón.
Vamos a continuar por este repaso por el jamón y los sentidos. En este caso no vamos a centrar en el sentido del olfato, sentido que nos va a decir mucho sobre cada una de las piezas, desde su estado de curación, calidad de la pieza, sabor, aroma, texturas…
En primer lugar, vamos a realizar una revisión de la pata del jamón, a través el sentido de la vista, que es el primero que utilizaremos para reconocer la calidad de la pieza, y por el haremos una primera selección de las posibles candidatas a irse a casa con nosotros.
Siempre que estemos ante una paleta de Ibéricos Brisa de bellota 100% ibérica o un jamón de Ibéricos Brisa de bellota 100% ibérico su excelente calidad es incuestionable.