El jamón ibérico es una de las joyas gastronómicas que posee la cultura española y está muy bien valorado tanto en nuestra tierra como fuera de ella. Sin embargo, en el mercado existen infinidad de variedades de jamones cuya calidad es diferente, por lo que hemos de contar con una serie de conocimientos que nos permitan identificar un buen jamón ibérico.
A continuación, desde Brisa te contamos los pasos a seguir para identificar un jamón de buena calidad.
Si queremos aprender a detectar la calidad de los jamones que tenemos delante, hemos de saber reconocer las características principales que denotan la diferencia entre mejores y peores piezas, ya sea por su sabor, olor, forma, etc. De esta manera, hemos designado una serie de atributos que desarrollaremos a continuación y que son claves para clasificar los jamones. Si quieres probar un jamón de alta calidad, no dudes en acceder a nuestra web.
Para reconocer un buen jamón a primera vista, tenemos que seguir una serie de pasos que nos revelarán la calidad de la pieza que tenemos delante. Te lo contamos a continuación.
Lo primero a lo que tenemos que prestar atención para saber si un jamón es bueno es la etiqueta. Esto nos permitirá tener una idea de la calidad del jamón en base al color del precinto. Los jamones de mayor calidad se encontrarán en aquellos que tengan la etiqueta negra, pasando por la roja, verde y finalizando en la etiqueta blanca para los jamones de menor calidad.
El aspecto de la carne y su color nos revelan también en cierta manera la calidad de la pieza. Así pues, si la carne posee tonalidades distintas, podrá significar que el proceso de curación no se ha llevado a cabo de la manera adecuada. El color que tiene que presentar una loncha de un buen jamón ha de ser homogéneo.
Mediante el olor, nos aseguraremos de que el jamón que tenemos delante está listo para su consumo. Si detectamos un olor fuerte o rancio, es probable que los procesos de curación del jamón no hayan seguido el protocolo que deberían. Un buen jamón debería ser suave y agradable en olor.
Aunque a priori se tenga la creencia de que cuanto más grande es la pieza de jamón, mayor será su calidad, en realidad tiene mayor importancia la forma de la pata. Los verdaderos jamones ibéricos de calidad son los que cuentan con una longitud de unos 90 centímetros y una caña fina de unos 4 o 5 centímetros.
También nos indica la calidad del jamón la forma de la pezuña más que su color (que suele ser negra). Aquellas pezuñas que presenten una forma redondeada nos indican que el cerdo ha sido criado en el campo y que, por tanto, la carne es de mayor calidad.
la calidad del tocino se percibe en su textura y jugosidad, ya que ha de ser blando en boca. Cuando estamos ante una pieza cuyo tocino no se rompe de forma fácil y no es jugoso, podría ser un indicativo de que el animal se alimentó con un pienso de baja calidad. un buen jamón presentará una grasa muy oleosa que cede fácilmente cuando presionamos ligeramente con el dedo.
Cuando la pieza de jamón es de calidad, su sabor intenso y la textura jugosa en boca es inconfundible, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. La grasa se funde en la boca y termina por sorprender a los paladares más gourmet.
Ahora que ya conoces todos los secretos para reconocer un buen jamón, puedes ponerlos en práctica.
